12.02.2012

Love, happiness and togetherness.


"Hay diez centímetros de silencio 
           entre tus manos y mis manos,
una frontera de palabras no dichas 
           entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
           entre tus ojos y mis ojos"

Mario Benedetti - Soledades

Diciembre, nos volvemos a encontrar.
Un mes de luces, de compras. Un mes de frío, de abrazos, de sonrisas. Un mes de amor.
O por lo menos para mí eso significa Diciembre y la Navidad.
Pero no tendría tanta carga sentimental sin tí. 
Porque hoy 1 de Diciembre, ha sido agradable ver como me sonríes, como me miras. E incluso me ha sido agradable escuchar tu voz resfriada, grave y cálida, y pensar en como te cuidaría si supiera que me quieres.
Porque a diecisiete días de que se cumpla un año, puedo decir que he aprendido mucho del amor.
He cambiado mi forma de verlo, de sentirlo; porque tú me has enseñado día a día, semana a semana lo que de verdad es el amor; voluntaria o involuntariamente, consciente o inconscientemente.
He aprendido a dejar de creer en los amores a primera vista y a valorar los amores trabajados; aquellos que tienen baches y curvas; aquellos que tienen silencios y soledades. Porque ahora sé que entre todo eso se encuentra e verdadero sentido del amor. 
El amor que se pone a prueba día a día y sobrevive a lo que le echen, porque es más fuerte que todo. El amor que te hace sufrir, a veces quizás hasta un punto extremo, pero que hace que ni eso parezca importante, porque lo que sientes es infinitamente más fuerte que ese sufrimiento. Porque vale la pena sufrir por alguien a quien de verdad amas, aunque las recompensas a veces sean ínfimas.
Pero, ¿como saber si estas enamorado? No lo sé. He descubierto que si que es algo totalmente imprevisible, que no te lo crees hasta que el tiempo te lo demuestra. Bueno, el tiempo y muchas otras cosas.
Por eso sé que estoy enamorada de tí. Porque puedo decir que te quiero sin dudarlo.
Porque eres la prioridad uno en mi vida y no puedo pasar una semana sin verte, sin que me sonrías, sin que me abraces. 
Porque valoro los pequeños detalles y momentos que paso junto a tí, por muy pequeños que sean. 
Lo sé con certeza porque he aprendido a sentirte, a colarme en tus sentimientos y volar junto a ellos, pero al mismo tiempo soy incapaz de controlar los míos propios. 
Porque esto me hace sufrir, la incertidumbre de saber si sientes lo mismo o no, de si has cambiado de parecer y de si algún día me querrás tanto como yo te quiero a tí y la idea de obtener un no a esas preguntas me da escalofríos; pero aún así le doy una oportunidad al otro 50% en la que tus respuestas serían afirmativas.
Pero sobretodo estoy seguras de que te quiero como a nadie antes, porque a pesar de la cantidad de sufrimiento en silencio que está alojado en mi cuerpo, junto con las palabras que querría que escuchases, las miradas que quisiera que recibieses y todos los besos y cariños que me gustaría que viviésemos; soy capaz de seguir luchando por tí. Por mí. Por un nosotros. 
Porque juro que he intentado olvidarte, pero no puedo, nunca he podido. Y no quiero olvidarte, y tampoco nunca he querido. Porque ya nada tendría sentido. 
Por eso sé que te quiero, porque jamás me rendiré, pase lo que pase, hasta que tenga que descartar la opción de que me quieres, o hasta que estés aquí a mi lado queriéndome, sin dejarme a penas tiempo para escribir cosas como estas.

Porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero.


11.17.2012

It makes your lips so kissable


Una y otra vez.
Ayer, hoy.
Cada semana.
Cada segundo en mi mente.
No puedo mirarte sin querer besarte.
Sin quererte.
Y vas tú y me sonríes todo el rato.
Y me cuentas chistes.
Y vuelves a sonreír.
Y tus ojos se llenan de brillo.
Y mi corazón de amor.
Y entonces es cuando todavía te quiero más.


Y ese es el momento en el que deberías besarme.

11.15.2012

Tuesday, 13th of November

Hoy fue Martes. Día 13. De Noviembre. El mes en el que empezó todo.
Para la mayoría de los humanos los Martes y 13 son días que evocan a la mala suerte, pero yo siempre he confiado en el 13, un número precioso que siempre ha traído consigo cosas preciosas. Mi número.
Por esa razón, desde que me levanté supe que tenía que pasar algo especial.
Y así fue.
Te ví.
Algo muy simple, pero para mí suficiente, ya que no suele pasar entre semana.
Allí estabas, hablando por el móvil, con cara de preocupación; pero igual de guapo y bonito como siempre.
Yo llevaba prisa, pero no tardé en verte desde la acera de enfrente.
No te saludé. Ni siquiera hice nada para que supieras que estaba allí, a pocos metros de tí. Simplemente escogí la opción de observarte mientras seguía caminando. Me paré un segundo, miré hacia atrás desde una distancia prudencial. Te miré, mientras mi corazón me salía del pecho. Levantaste la cabeza y yo me giré en cuestión de milésimas. No sé si me viste. Volviste a bajar la cabeza recuperando el rostro de preocupación, mientras cogías tu mochila. Empezaste a caminar en dirección contraria a la que iba yo. Te fuiste.
Yo seguí caminando mientras pensaba en tí. No te había dicho nada. Ni un simple, "Hola", ni una simple sonrisa. 
No sabes cuanto me hubiese gustado hacerlo.

Quizás algún día no sólo te salude, si no que podré ir corriendo a abrazarte. Besarte.
Quizás no y lo único que tiene la vida reservado para nosotros es que vayamos en direcciones opuestas.

Sea como sea yo siempre seré feliz siempre y cuando tú hagas mis Martes trece tan bonitos como el de hoy
Porque a mí, con eso, me basta.