11.15.2012

Tuesday, 13th of November

Hoy fue Martes. Día 13. De Noviembre. El mes en el que empezó todo.
Para la mayoría de los humanos los Martes y 13 son días que evocan a la mala suerte, pero yo siempre he confiado en el 13, un número precioso que siempre ha traído consigo cosas preciosas. Mi número.
Por esa razón, desde que me levanté supe que tenía que pasar algo especial.
Y así fue.
Te ví.
Algo muy simple, pero para mí suficiente, ya que no suele pasar entre semana.
Allí estabas, hablando por el móvil, con cara de preocupación; pero igual de guapo y bonito como siempre.
Yo llevaba prisa, pero no tardé en verte desde la acera de enfrente.
No te saludé. Ni siquiera hice nada para que supieras que estaba allí, a pocos metros de tí. Simplemente escogí la opción de observarte mientras seguía caminando. Me paré un segundo, miré hacia atrás desde una distancia prudencial. Te miré, mientras mi corazón me salía del pecho. Levantaste la cabeza y yo me giré en cuestión de milésimas. No sé si me viste. Volviste a bajar la cabeza recuperando el rostro de preocupación, mientras cogías tu mochila. Empezaste a caminar en dirección contraria a la que iba yo. Te fuiste.
Yo seguí caminando mientras pensaba en tí. No te había dicho nada. Ni un simple, "Hola", ni una simple sonrisa. 
No sabes cuanto me hubiese gustado hacerlo.

Quizás algún día no sólo te salude, si no que podré ir corriendo a abrazarte. Besarte.
Quizás no y lo único que tiene la vida reservado para nosotros es que vayamos en direcciones opuestas.

Sea como sea yo siempre seré feliz siempre y cuando tú hagas mis Martes trece tan bonitos como el de hoy
Porque a mí, con eso, me basta.

No hay comentarios: