6.14.2010

The girl & the sender

Corría. No podía perder ese tren. Andén 9, andén 9; pensaba una y otra vez para mis adentros. El reloj de la estación marcaba las 8.20, la hora a la que saldría el tren dirección Glasgow, y aún tenía que recorrer dos andenes más hasta llegar al número 9.
Por suerte conseguí llegar a tiempo, el tren acaba de llegar y la gente que venía de vuelta aún se estaba bajando de los vagones. Parpadeé y la estación ya no era una estación, sino un hervidero de gente. Cogí todo mi equipaje y me dispuse a entrar. Pero algo me llamó la atención. En medio de toda esa muchedumbre había una chica que permanecía inmóvil con una expresión neutral.
Poseía un rostro angelical con unos preciosos ojos azules. Tenía el pelo rubio, y lo llevaba ligeramente ondulado. Un vestido blanco dibujaba perfectamente su esbelta figura y unos brillantes zapatos rojos adornaban sus pequeños pies. No tendría más de 16 años, tres menos que yo.
De repente todo me encajaba, su descripción coincidía con la que aparecía en las cartas que había recibido. Tenía que hablar con ella, pero al mismo tiempo la última carta me decía que no podía perder aquel tren. Tomé mi última decisión, y fui hablar con ella.
Avanzaba por la estación dándome trompicones con la gente que iba y venía. Cada vez estaba más cerca; ella parecía verme, sin embargo seguía sin mover un solo músculo de su cuerpo. Un montón de gente se cruzó delante de mí lo que hizo que perdiera el contacto visual con ella durante unos segundos, pero cuando logré esquivarlos seguía sin verla por ninguna parte.
Se había ido. Ella se había marchado y yo había perdido el tren.

3 comentarios:

M dijo...

Cada vez me gustan más tus entradas, si eso se posible claro :)

Claudia Gallagher dijo...

Hola :)
he estado mirando tu blog... ¡y me encanta!
Están genial todas tus entradas, que sepas que te sigo ^^

Moni dijo...

Esto no es normal!!!! Me pasa lo mismo que a Marina!!!