7.01.2010

Alice in Wonderland


La música del tocadiscos ponía la banda sonora de aquella espaciosa habitación. Mientras, Alice miraba por la ventana y contemplaba el paisaje de aspecto Parisino que ofrecían las calles del barrio de Montmartre.
A Alice siempre le había gustado contemplar a la gente y el ajetreo de la calle desde su ventana, sobre todo en los días lluviosos. Ese día podía ver a uno de los pocos barquilleros que quedarían en el barrio, una pareja de enamorados que intercambiaban miradas de chocolate, una madre intentando cobijar a su hija debajo del paraguas a pesar del esfuerzo que esta ofrecía por dejar que la lluvia le acariciase la cara...
Alice los miraba y intentaba adivinar sus pensamientos o simplemente se los inventaba, usando su imaginación de niña, utilizando mundos de fantasía.
Alice se quedó dormida encima del alféizar, la música seguía sonando, la lluvia no cesaba y la calle aguardaba hasta su regreso, para que la pintase de colores, para que instalase allí su País de las Maravillas...

2 comentarios:

·Êl düêndê (¡n)fêl¡z· dijo...

A mi, cómo a Alice, me gusta pintar aspectos de la vida de otros que lo hacen todo mucho más interesante y colorido..
Sin embargo, la nostalgia me embriaga pues no soy quien comparte esas sonrisas o miradas de chocolate y sólo puedo perderme en su brillo externo....

Bonitas palabras ^^
Un beso

Euforia dijo...

Me encantan los tocadiscos, Alicia, y su país de las maravillas :)

genial!

besos de cristal