Chronicle of an exciting trip (2)

Sonó el teléfono de la habitación. Eran las 8.45 de la mañana y había que levantarse para estar listos a las 9.00. Abajo nos esperaba un rico desayuno buffet que nos abastecería hasta la hora de comer. Cuando terminamos, después de comprobar que las maletas desaparecidas seguían sin aparecer, subimos al bus, desde donde haríamos una panorámica por Roma. El guía nos explicó la historia de la ciudad (que no es poca) y hicimos paradas en algunos sitios muy interesantes como la basílica de San Juan de Letrán y la basílica de Santa Croce donde cantamos, aunque eso es normal, porque creo que cantamos en prácticamente todas las iglesias que visitamos, ¿que a eso íbamos no?
La panorámica acabó en el panteón, que es impresionante y donde también cantamos, como no. Aquí el vídeo.



Después nos fuimos a comer, cuando terminamos nos dividimos en grupos y cada uno hizo la visita que creía conveniente antes del concierto que teníamos que dar a las 17.30. El grupo Vivaldi visitó el Campo di Fiori donde aprovechamos para hacer algunas compras.
Y llegaba la hora del concierto, había que estar un poco antes en la iglesia para ensayar y ponerse el uniforme. En cuanto al concierto, salió bastante bien ya que la directiva y Pablo (el director) aún siguen recibiendo felicitaciones por parte del embajador. Cuando terminó el concierto nos pusimos a buscar un sitio para cenar, queríamos cenar algo de pasta pero pasaba lo mismo del día anterior en ningún restaurante había sitio para algo más de 50 personas, así que acabamos cenando todos en Mcdonald’s, que tampoco está nada mal.
Luego nos fuimos al hotel, donde se “suponía” que teníamos que acostarnos pronto para no estar zombis al día siguiente.